La transformación digital es un proceso imparable en todos los sectores de actividad. Cómo de avanzado está el sector energético en este sentido?
La búsqueda de una energía más sostenible y no basada en combustibles fósiles, el crecimiento de la electrificación de la economía y la mayor conciencia medioambiental de los ciudadanos están empujando a la industria energética a centrarse en modelos de negocio que giren en torno a las energías renovables.
Actualmente en España el 43% de la energía es renovable, con el objetivo de llegar al 74% en 2030. Esto solo podrá lograrse si el sector energético experimenta una transformación digital , ya que todavía existe una alta dependencia de las fuentes tradicionales de combustibles fósiles en todo el mundo.
En cierto modo, la situación es bastante similar cuando se trata de la digitalización de estas empresas. Es evidente que se están dando pasos hacia una transformación completa de los procesos, pero aún queda mucho camino por recorrer.
Tradicionalmente, esta cadena de valor tiene 4 etapas:
Generación de energía: La energía que finalmente consumimos se genera a partir de diferentes fuentes en centrales eléctricas.
Transmisión de energía: Es el proceso de transporte (en forma de alta tensión) de toda la energía generada por las centrales eléctricas hasta los puntos de distribución.
Distribución de energía: es el proceso de entrega de energía (en forma de media o baja tensión) desde los puntos de distribución hasta su destino final: el consumidor.
Comercialización de energía: los consumidores (generalmente) no compran la energía directamente al distribuidor. Suelen hacerlo a través de un comercializador de energía, que actúa como intermediario.
Por otro lado, también hay empresas que ofrecen productos y servicios a todos los agentes de esta cadena: empresas de ingeniería y consultoría, de instalación y mantenimiento, etc.
Por lo tanto, hay una serie de actores en la industria, y el punto en el que se encuentran en el proceso de digitalización, y la forma en que lo hacen, es completamente diferente. Me centraré en lo que suele ser una primera aproximación al proceso de transformación digital: el análisis de datos.
La extracción de datos es el primer paso(y normalmente el más infravalorado). Ser capaz de tomar decisiones informadas basadas en datos reales, precisos e instantáneos es crucial para poder transformar los negocios de las empresas.
Por eso, en la industria se trabaja mucho en torno a la extracción y el análisis de datos significativos, y para ello se están implementando soluciones de IoT. Sin embargo, los retos no son ni mucho menos triviales:
Adquisición de datos: Aunque lo parezca, la recogida de datos no es fácil, sobre todo cuando esos datos proceden de diferentes fuentes. A veces hay que ser capaz de adquirir datos de equipos anticuados con protocolos propios, combinar el proceso con la obtención de información de sensores modernos y utilizar soluciones rentables al hacerlo para garantizar una buena relación coste-beneficio.
Conectividad: Enviar los datos no sólo a Internet, sino también integrarlos con los diferentes sistemas y servicios internos y externos (herramientas analíticas, CRMs, ERPs, etc.) puede ser una tarea difícil. Y estos sistemas son las herramientas que realmente extraerán valor de los datos.
Seguridad: Es vital que todo el proceso de captura de datos y los dispositivos que los manejan sean seguros. La existencia de dispositivos IoT inseguros es una amenaza real para el negocio de cualquier empresa, por lo que es esencial que cualquier solución IoT implementada se tome en serio la seguridad.
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En el sector de la energía, generalmente se capturan importantes datos a través de dispositivos cerrados (PLCs, Medidores, Inversores, etc.) de grandes fabricantes industriales, y aprovechar esos datos no es una tarea fácil. La integración con este tipo de equipos es compleja y puede suponer un esfuerzo excesivo por parte de las empresas, cuyo objetivo principal no es convertirse en expertos en integración de hardware, sino tomar decisiones basadas en datos.
El enfoque más lógico, desde nuestro humilde punto de vista, es utilizar pasarelas IoT abiertas con una plataforma que permita no solo leer datos de esos dispositivos obsoletos, sino también obtener datos de otras fuentes como los modernos sensores IoT.
La solución de software de Barbara ha sido creada exactamente para eso: para integrarse con las pasarelas IoT y permitir a las empresas superar los 3 retos mencionados anteriormente (Adquisición de datos, Conectividad y Seguridad) mediante una herramienta abierta y flexible que puede ser gestionada de forma remota.
Una vez capturados los datos correctamente, las empresas energéticas disponen de una fuente de información que deben transformar en conocimientos que les permitan descubrir aspectos interesantes.
El análisis de estos datos no sólo permite controlar en tiempo real determinados parámetros, sino que también permite tomar decisiones importantes basadas en estos datos (como cuándo sustituir una pieza de la máquina antes de que se estropee, o si se debe comprar energía en lugar de consumir la generada internamente).
Un buen ejemplo de caso de uso es lo que se está haciendo con la generación fotovoltaica. Obteniendo datos de los paneles solares (principalmente la cantidad de energía producida en un momento dado) y combinándolos con otra información contextual (condiciones meteorológicas, precio de la electricidad, etc.), algunas empresas están generando verdaderos servicios inteligentes para los productores de energía, transformándolos básicamente en sus propios gestores energéticos. Esto supone nuevas fuentes de ingresos para las empresas y ahorros monetarios para sus clientes.
Y el futuro es muy prometedor. Gracias al aumento del interés de los consumidores por los coches eléctricos, hay nuevos elementos (las baterías de esos coches) que están pasando a formar parte de la red eléctrica. Cuando se conectan a los cargadores, pueden utilizarse como una nueva fuente de energía, y las empresas de distribución eléctrica pueden optimizar sus redes mediante acciones instantáneas basadas en los datos que gestionan.
El sector energético tiene un largo camino por delante hacia la transformación digital, pero elviaje ya ha comenzado... y con pasos firmes.
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