Con la digitalización y el traslado de la mayoría de los procesos y datos al mundo online, disponer de una ciberseguridad sólida se convierte en un imperativo.
La ciberseguridad consiste en el conjunto de acciones que permiten a los usuarios y a los servidores garantizar la confidencialidad de su información y de sus procesos frente a las interferencias externas.
Los ataques a la ciberseguridad pueden adoptar muchas formas diferentes, desde la descarga de software malicioso hasta el espionaje o el control de los ordenadores. En cualquier caso, ponen en peligro los datos y procesos de cualquier empresa y son cada vez más numerosos: el número de ciberataques diarios a nivel mundial se estima en 2.200 o, lo que es lo mismo, un ciberataque cada 39 segundos. Tanto es así que incluso el Gobierno español ha puesto en marcha un plan de choque de ciberseguridad para proteger a la propia administración pública.
En este contexto, la ciberseguridad robusta es esencial para las empresas de todos los tamaños, en particular las que tienen implementaciones de IoT .
La ciberseguridad es el conjunto de acciones que permiten a los usuarios y a los servidores garantizar la confidencialidad de su información y de sus procesos frente a las interferencias externas.
Hoy en día, la digitalización de las empresas exige la automatización de la gestión de datos y procesos. Sin embargo, sin una ciberseguridad adecuada, los equipos informáticos que la gestionan pueden ser hackeados con las siguientes consecuencias:
Algunos sectores son especialmente vulnerables a los problemas de ciberseguridad. Este es el caso de los entornos de IoT, donde la conectividad puede convertirse en una vulnerabilidad si no se siguen las recomendaciones específicas para asegurar el IoT industrial o IIoT.
En este sentido, los problemas de ciberseguridad son ya uno de los retos más urgentes a resolver en empresas de todos los tamaños, algo que se refleja en la legislación estadounidense con la Ley de Mejora de la Ciberseguridad del IoT, aprobada en 2020.
IoT es extremadamente útil, pero su correcta implementación no está exenta de responsabilidades. De hecho, 3 de cada 4 empresas acaban fracasando en la implementación correcta de IoT. Los 3 retos son claros: cómo capturar datos de fuentes heterogéneas, cómo llevar esos datos a los sistemas de planta existentes y, por último, cómo preservar la seguridad e integridad de los sistemas en los que se alojan esos datos.
También conocida como secuestro de datos, esta práctica consiste en infiltrar en un ordenador un software malicioso que impide el acceso a los archivos del sistema. A cambio de liberar el ordenador, el hacker pide una compensación económica o de otro tipo.
Este software espía consigue recopilar información de un ordenador sin que el usuario infectado sea consciente de ello.
En este tipo de ciberataque, el hacker suplanta la identidad digital de una persona de confianza de la víctima y le pide información vulnerable, como datos bancarios u otros datos sensibles.
Existe la posibilidad de que los ataques estén dirigidos a sabotear los procesos a través de ataques DDoS. En este caso, los ciberdelincuentes toman el control de los dispositivos y, a través de peticiones de red, colapsan el sistema.
Como se menciona en este artículo, hay una gran variedad de ciberataques, y van en aumento. La ciberseguridad es el único antídoto contra las constantes amenazas de los hackers.
Los ciberdelincuentes se aprovechan de la creciente digitalización de los datos y procesos de las empresas con fines maliciosos, apuntando a empresas vulnerables sin protocolos de ciberseguridad.
Si bien los entornos de IoT y la nube aportan innegables avances en eficiencia y operatividad para las empresas, la alta conectividad de ambos sistemas es también una puerta de entrada para los ataques maliciosos.
Afortunadamente, a través de los protocolos de ciberseguridad, especialmente en la seguridad de los dispositivos, es posible hacer frente a estas amenazas con eficacia.
Un estudio reciente del Instituto Ponemon sitúa el coste medio de un incidente de ciberseguridad para las organizaciones en 3,86 millones de dólares. Aunque no todos los ciberataques son tan costosos, siempre suponen importantes pérdidas económicas que pueden evitarse mediante protocolos de seguridad.
Los ciberataques socavan la credibilidad de las empresas a los ojos de los usuarios, que pueden dejar de confiar en ellas para gestionar sus datos y otros activos de información. La ciberseguridad es la única forma segura de garantizar que esto no ocurra.
Los daños causados por los problemas de ciberseguridad se extienden a muchos niveles: es fácil que se propaguen de un ordenador a otro, llegando a paralizar por completo la red de una empresa y corrompiendo sus archivos y sistemas. Evitar estos percances sólo es posible mediante protocolos de ciberseguridad por diseño.
En marzo de 2021, los datos de un total de 533 millones de usuarios, incluyendo números de teléfono, nombres completos, ubicaciones y fechas de nacimiento, fueron compartidos y expuestos en Surface Web . Se puede encontrar con un motor de búsqueda normal. Sólo en España, once millones de cuentas se vieron afectadas por esta brecha de seguridad, según un análisis realizado por Business Insider cotejando información en páginas web y Telegram.
También en marzo, el servicio informático del SEPE fue infectado con un ransomware que tenía la capacidad de filtrar archivos y bloquear ordenadores. El ataque paralizó más de 700 oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal . También paralizó 200.000 citas y puso en peligro el sistema de pago de las prestaciones por desempleo porque los empleados del Estado no pudieron utilizar sus ordenadores.
En junio, apenas tres meses después del ataque al SEPE, España volvió a estar contra las cuerdas, poniendo sus sistemas de ciberseguridad en el punto de mira. Un total de 5.500 funcionarios no pudieron trabajar durante más de 15 días por la falta de recursos propios y la dificultad para resolver el problema.
A principios de noviembre, la multinacional alemana sufrió un ciberataque que afectó a las tiendas de la compañía en Holanda, Alemania, Bélgica y España. Además, coincidió con los preparativos del Black Friday. Según un correo electrónico interno que se ha filtrado, este ataque habría afectado a más de 30.000 servidores Windows y se estima que el rescate exigido supera los 213 millones de euros.
Supongamos que toda la información que maneja una empresa tiene un alto valor, tanto a nivel interno como externo (competencia, ciberdelincuentes). No podemos proteger lo que no conocemos, por lo que debemos empezar por identificar el capital digital de nuestra empresa. ¿Cuáles son los datos más importantes que se almacenan en nuestra empresa? ¿Dónde almacenamos todos estos datos? ¿Cuántos ordenadores tiene la empresa? ¿Tenemos una primera barrera de seguridad en Internet? ¿Tenemos un cortafuegos? ¿Están los usuarios formados en ciberseguridad?
Para evitar los riesgos, primero hay que ser consciente de ellos. Por lo tanto, es necesario que los empleados entiendan las normas de seguridad y así poder cumplirlas. Hay que seguir estos consejos básicos:
¿Qué ocurre si nuestra empresa sufre un posible ataque? Lo primero que hay que hacer es identificar y aislar el dispositivo infectado de la red o, si es necesario, apagar todos los equipos corporativos. Después deberemos tener a mano el contacto de los servicios profesionales que nos puedan asesorar en situaciones como estas.
Los proveedores de ciberseguridad deben ser más que meros proveedores, deben ser socios estratégicos con los que se garantice una cierta continuidad en el tiempo. Es decir, ya no basta con comprar una licencia de antivirus, es necesario contar con un socio que garantice la seguridad de la empresa. En Barbara contamos con un equipo de expertos que asesoran a las empresas sobre las posibles amenazas. Ayudamos a aumentar el nivel de seguridad de forma innovadora y con un asesoramiento completo.
Si nada ha funcionado o es demasiado tarde para recuperar los sistemas, sólo queda una cosa por hacer, recuperar las copias de seguridad y reinstalar los sistemas a la fecha anterior al ataque. Existe un amplio abanico de soluciones que se pueden utilizar, dependiendo de la rapidez con la que se necesite recuperar el desastre, es decir, de la criticidad que se requiera; desde la reinstalación de sistemas hasta la recuperación de máquinas virtuales completas.
Ante estas amenazas, es fundamental contar con equipos y plataformas con la ciberseguridad en primer plano.
En otras palabras, los sistemas adecuados deben incorporar la ciberseguridad por diseño y antes de cualquier despliegue. Es la única manera de garantizar que los equipos sean seguros desde el momento en que empiezan a funcionar.
En este sentido, Barbara OS es la plataforma para entornos de IoT industrial o IIoT que protege los despliegues de IoT contra posibles amenazas de ciberseguridad.
Así, esta plataforma tiene en cuenta las posibles amenazas desde el principio y, en consecuencia, implementa los protocolos desde el mismo momento de la instalación, evitando vulnerabilidades que pongan en riesgo los sistemas.
Para ello, Barbara OS eleva el nivel de seguridad de los despliegues de IoT a través de varios mecanismos. Estos incluyen el arranque verificado de los equipos, la comunicación a través de certificados únicos, el cifrado de todos los datos y la no exposición de los servicios de red, entre otras funcionalidades.
¿Quiere saber más sobre las posibles amenazas en entornos de IoT industrial IoT industrial y cómo combatirlas con los protocolos de ciberseguridad adecuados? Descarga nuestra guía gratuita sobre ciberseguridad en el IoT industrial y descubre cómo proteger tu empresa ante cualquier contingencia.