Hablamos de computación distribuida con Alex Cantos, VP de Producto de Barbara IoT sobre los grandes retos de la Industria Conectada y la Inteligencia Distribuida. Según él, la toma de decisiones en la Industria está centralizada debido al reto tecnológico de distribuirla, pero esto va a cambiar; tenemos la tecnología que nos permite llevar la inteligencia artificial a las plantas y crear máquinas cognitivas.
Formado como Ingeniero Electrónico y Master en Tecnología de Satélites con un Executive MBA por el IE Business School, Alex es nuestro VP de Producto con amplia experiencia en el sector industrial como desarrollador de sistemas en entornos ferroviarios y de comunicaciones. Ha sido director de proyectos en la industria aeronáutica, defensa y seguridad y director del área de robótica en una consultora de software crítico. También es profesor adjunto en el IE Business School. Es un devoto humanista que cree en la tecnología como una herramienta que debe estar al servicio del usuario y nunca al revés.
Ética de trabajo:
KISS (Keep It Simple Stupid)
Último libro:
Mente zen, mente de principiante
Música para el trabajo:
X&Y de Coldplay
Película favorita:
Blade Runner (la original)
Cómo se define:
Humanista
Utopía o distopía:
Utopía
Soy el director de productos estratégicos, es decir, el encargado de concebir y realizar productos que creen valor para nuestros clientes de forma sostenible. En otras palabras, estar siempre un par de pasos por delante de lo que necesitan nuestros clientes y tener esas herramientas listas para cuando las necesiten. También tenemos que evangelizar un poco y ayudarles a descubrir nuevas formas de hacer las cosas, aunque a veces esto no sea fácil.
El mundo ha cambiado mucho y sin embargo la industria ha cambiado muy poco. El mundo se mueve hacia la toma de decisiones descentralizada, lo vemos en muchas innovaciones tecnológicas y conceptos como Blockchain, Crowdsourcing, Crowdfinancing, Computación Distribuida, etc... mientras tanto, la industria sigue siendo la misma.
Uno de los problemas de la industria es que se basa en tecnologías de hace 40 años y, sobre todo, en paradigmas de hace más de 100 años.
Cuando digo tecnologías, me refiero a los SCADAs y PLCs que tuvieron sentido en su día porque eran robustos y porque venían de una época en la que todo se hacía por hardware. Y cuando menciono el paradigma actual de la industria, me refiero al enfoque de la Industria 2.0, 3.0 y si se quiere, Industria 4.0, ya que todos beben de la misma fuente. Beben de la idea de mejorar los procesos de producción existentes, mejorar los pasos de esos procesos, hacerlos más rápidos, más automatizados, más eficientes, pero lo que realmente hay que hacer es tirar el proceso y crear nuevos procesos. Nuevos conceptos.
Y por crear nuevos procesos me refiero a cambiar el paradigma de la producción en la industria, el paradigma de la distribución de electricidad, el paradigma de la gestión del agua. Las empresas de gestión del agua, por ejemplo, no son gestores del agua, sino gestores de datos. Manejan una plataforma de datos que les permite hacer coincidir dos fuerzas: la oferta y la demanda.
En el sector de la energía, se habla de redes inteligentes o smart grids Redes inteligentes y un mercado donde todos los actores de la cadena de valor intercambian datos y pueden actuar sobre la red. Cuando hablamos del sector industrial, hablamos de máquinas inteligentes y autónomas que deciden por sí mismas cómo deben gestionarse. En este nuevo paradigma, el operario deja de hacer cosas manuales y se convierte en el gestor de estas máquinas inteligentes.
En otras palabras, se trata de repensar el proceso desde fuera y no desde el proceso en el que estamos, porque hay una enorme brecha entre la industria y la realidad tecnológica y social . Mientras los consumidores están acostumbrados a recibir su paquete casi segundos después de completar un pedido online y a saber dónde está en todo momento, los trabajadores del sector del agua, por ejemplo, ven normal no tener lecturas de miles de contadores en sus ciudades durante días.
Nuestra visión es que estos datos deben estar en el dispositivo móvil de cualquier empleado de la empresa en tiempo real. Es más, debería facilitar la toma de decisiones, o al menos la colaboración en esas decisiones, desde ese mismo dispositivo móvil. Hasta que no hagamos eso, no habremos llevado a la industria al mundo tecnológico actual.
La industria actual está centrada en la producción, en el rendimiento, y lo que proponemos es una industria centrada en los operarios del taller, las personas que se encargan del funcionamiento de los equipos, de las máquinas, que son los grandes olvidados de la industria.
Tenemos que devolver al operario el control de la gestión de las máquinas, devolverle los valores que perdió con el taylorismo y ponerlo en el centro de las decisiones, que es lo que se espera de una industria moderna, sólo así conseguiremos una industria más eficiente y por tanto más sostenible. En este sentido, nuestra visión es humanizar la industria.
Los seres humanos hoy en día siguen haciendo cosas muy básicas en la industria y donde realmente aportan valor es en las tareas en las que se requiere abstracción, creatividad e innovación; en ser capaces de hibridar conceptos que están muy alejados entre sí, no aportan valor apretando tornillos. Lo que vemos es que la gente sigue realizando tareas que no son de alto nivel y esto tiene que cambiar, y se puede cambiar.
La tecnología ya está ahí. Ya dijimos que el futuro es descentralizado. A nivel técnico esto se traduce en una infraestructura que gestiona los Nodos Edge, una plataforma Edge que permite y gobierna la Computación Distribuida. Eso es lo que hace la tecnología de Barbara y los productos que componen nuestra plataforma para el Industrial Edge.
Hemos creado la plataforma que permite gestionar a distancia miles de Edge Nodes inteligentes. Estos Edge Nodes se comunican entre sí y toman decisiones de forma consensuada y mejorada mediante técnicas de Inteligencia Artificial.
Los procesos de toma de decisiones en el sector industrial son lentos, mantienen un modelo de toma de decisiones jerárquico con datos que se encuentran en silos y separados. Hablamos de procesos de decisión demasiado centralizados, todo esto son problemas en la industria a nivel de rendimiento y, a menudo, está el juicio del experto, que hoy en día en muchos casos no debería estar ahí, porque las decisiones tienen que estar basadas en datos. La industria debe pasar de las decisiones intuitivas, basadas en los expertos, a las decisiones informadas, basadas en los datos.
La centralización en términos técnicos o tecnológicos significa que toda la información fluye hacia un único punto y las decisiones se toman desde allí.
Lo que proponemos es llevar esa decisión al Edge, para procesar los datos cerca de los equipos, de las máquinas, de los nodos, de forma distribuida y colaborativa entre estos "Edge Nodes".
El hecho de que la industria no esté más avanzada tecnológicamente hace que sigamos creyendo que hay un directivo que lo sabe todo, cuando es la gente del taller la que realmente sabe lo que está pasando.
Lo que ocurre ahora es que nadie puede rebatir la decisión del gestor porque no hay mecanismos para responderle; y seguimos tomando decisiones de forma jerárquica y centralizada. Lo que proponemos es una interfaz inteligente entre el operario y la máquina. Es la máquina la que contendrá la mayor parte del conocimiento, elevado por la aportación del operario, que se contrastará con otros nodos para tomar decisiones de forma colaborativa.
Ahora se habla de Smart Manufacturing, la realidad es que se llama inteligente a cualquier cosa. Para un SCADA, ¿qué es inteligente, subir datos a la nube y desde la nube enviar uno o dos comandos al SCADA? Para ser realmente inteligente el SCADA debería pensar por sí mismo, hablar con otros SCADAs y tomar decisiones consensuadas.
Nuestra visión es que estos nodos colaboren como un enjambre, como un banco de peces. Hay una inteligencia colectiva, que es súper eficiente y que nosotros habilitamos distribuyendo y gestionando la computación distribuida a través de los Edge Nodes.
La primera es ser flexible. Para mí es que un producto pueda adaptarse muy fácilmente a diferentes situaciones, a diferentes soluciones finales, a diferentes industrias y la facilidad con la que un mismo producto puede tener diferentes vidas. Este concepto está muy relacionado con la siguiente variable que es importante a la hora de elegir una tecnología, que es la interoperabilidad.
La interoperabilidad significa que somos capaces de relacionarnos con muchos otros sistemas. Es decir, entendemos y hablamos muchos idiomas o, lo que es lo mismo, ofrecemos potentes APIs a los usuarios y, al mismo tiempo, somos capaces de acceder a una gran variedad de APIs.
Hay muchas formas de cultivar la interoperabilidad, pero una que me gustaría destacar es nuestra biblioteca de conectores, que permite que nuestros dispositivos se comuniquen con la mayoría de los protocolos más utilizados del sector.
En nuestro stack tecnológico siempre utilizamos tecnologías estándar y abiertas, no reinventamos la rueda. Somos muy estándar y muy interoperables y esto es muy potente porque significa que nuestra solución puede integrarse con cualquier ecosistema y, además, si aparecen nuevas tecnologías, es muy fácil adoptarlas porque todas estas piezas ya están diseñadas para encajar.
Muchas empresas saben que tienen que empezar a aplicar la analítica de datos, los algoritmos, etc., en su toma de decisiones. Se dan cuenta de que sus competidores lo están haciendo y se apresuran a contratar a un par de "Data Scientist" que empiezan a crear modelos de datos en su laboratorio. Algoritmos basados en el conocimiento del negocio de la empresa, así como en el histórico o en los datos que empiezan a capturar. Si consiguen crear modelos que les ayuden a mejorar sus resultados, llega un momento en el que quieren desplegar esa innovación en el mundo real, y es aquí donde se encuentran con grandes problemas.
Y es que no es nada sencillo. El Edge es complejo, estamos hablando de multitud de máquinas con multitud de protocolos de comunicación, estamos hablando de hacerlo ciberseguro. El despliegue sobre el terreno, la escalabilidad, está infravalorada, y nosotros tenemos la tecnología que permite que estos modelos, algoritmos, lleguen a donde tienen que llegar, es decir, somos capaces de distribuir inteligencia y además hacerlo de forma cibersegura.
Una buena plataforma de Industrial Edge marca la diferencia a la hora de pasar de 0 a 100, de convertir una innovación en algo que dé resultados. Eso es lo que hemos estado haciendo durante los últimos 4 años. Hemos desarrollado la plataforma para el Edge que ayuda a las empresas a desplegar y gobernar la inteligencia distribuida de forma escalable, es decir, desplegar y ejecutar algoritmos con muy pocos clics en muchas ubicaciones geográficamente dispersas y gestionarlos de forma centralizada.
Nuestra cartera de productos está diseñada para perfiles que desean desarrollar, operar y mantener una red de nodos Edge. Hemos creado un conjunto de soluciones que satisfacen las necesidades de diferentes perfiles de clientes.
Para el cliente desarrollador tenemos Barbrara Edge Orchestrator que nos permite desplegar cualquier aplicación o algoritmo en prácticamente cualquier nodo de borde que queramos.
El usuario desarrolla su aplicación en sus herramientas y luego viene a nuestro entorno para desplegar y gestionar esos modelos o esos algoritmos o esas aplicaciones en el Edge.
Además, ese desarrollador necesita que sus dispositivos se comuniquen con equipos industriales y nosotros tenemos los conectores industriales para ello , pero también suele necesitar que sus aplicaciones se comuniquen con algunos sistemas en la nube y nosotros tenemos los conectores para la nube para ello. Cualquiera que sea la necesidad de interoperabilidad que tenga, se la ofrecemos a través de diferentes tipos de conectores.
Luego está el "Operador". Una vez que el sistema está en marcha, el Operador quiere saber de forma rápida, precisa y cómoda cómo va el sistema; lo que puede materializarse en un cuadro de mando en el que vea un resumen del estado de todo el despliegue y, desde ese cuadro de mando, acceda a información más detallada.
También hay un sistema de alertas que, cuando ocurre un evento especial en el sistema, notifica a alguien que tiene ese rol de Operador. Tenemos todo esto dentro de un producto que llamamos Barbara Control Room.
El desarrollador también puede acceder al Barbara Biz Builder que está dirigido al tipo de cliente que necesita configurar una solución de negocio completa, partiendo de cero. El Barbara Biz Builder le permite configurar su propia solución de negocio de forma rápida y segura desde cero.
Para muchas empresas, Barbara es un faro que les ayuda a ver las posibilidades de la digitalización. La industria quiere digitalizar su negocio, pero no sabe cómo. Lo que la industria quiere es "operar", ser productiva, y nosotros somos ese alguien que les ayuda en esos primeros pasos de la digitalización, sin volverse locos con la tecnología, escalando, poco a poco.
También hay un punto de salto de fe. Pedimos a la industria un salto de fe porque el software es el diablo para ellos, es súper impredecible, pero el abanico de posibilidades que te da es enorme. Pasas de hacer tres o cuatro cosas a poder hacer millones de cosas. Si pones en una balanza el riesgo frente a la recompensa, la recompensa supera con creces el riesgo que asumen.
Sabemos que en el entorno industrial, la ciberseguridad es una de las barreras para la adopción de las tecnologías TI y por eso hemos concebido la plataforma de Barbara con ciberseguridad por diseño, desde su concepción. Y abogamos por una verdadera convergencia TI/OT. Entendemos los riesgos de conectar dispositivos industriales que siempre han estado aislados en la nube, pero hemos aplicado estándares de seguridad y mejores prácticas,
Si las empresas industriales quieren digitalizarse, tendrán que unir fuerzas con empresas como la nuestra, expertas en TI, que abogan por un entendimiento con la OT. Para nosotros, la convergencia se produce en el taller, las máquinas no se sustituyen, las máquinas heredadas se mantienen. Hablamos todos sus protocolos y los virtualizamos.
Tenemos una visión clara a 10 años, pero luego tenemos una visión a corto plazo. Hacemos la hoja de ruta del producto para 1 o 2 años y la articulamos junto con el cliente; mano a mano con el cliente, siempre intentando estar un paso por delante de lo que el cliente espera.
Siempre empezamos por entender muy bien el problema, no tanto por aportar soluciones como por entender el problema. No nos "casamos" con ninguna solución, sino que aportamos soluciones a estos problemas de la forma más creativa que podemos. Así es como construimos nuestros productos. Somos ágiles, tenemos la capacidad de probar cosas muy rápidamente, descartar lo que no funciona y perseverar con lo que funciona.
Nuestra organización es un reflejo de esta mentalidad. Nuestra rama de producción está dividida en tres partes: producto, ingeniería y servicio. El equipo de producto se encarga de especificar nuevas funcionalidades y mejoras de los productos existentes, así como de concebir nuevas ideas de productos.
El equipo de ingeniería, por su parte, se encarga de realizar todas estas funcionalidades, crear el producto, mantenerlo y mejorarlo.
Por último, el equipo de servicio es el que adapta esos productos a las necesidades específicas del cliente. Se podría decir que son los que cubren la última milla, los que se aseguran de que el cliente obtenga la solución que necesita. Pero el proceso no termina ahí, toda la información del cliente captada tanto por el equipo de servicio como por el de ventas o el de marketing fluye de vuelta al equipo de producto para seguir adaptando la especificación a las necesidades del mercado.
Si le interesó esta entrevista y el tema de la Inteligencia al límite, le animamos a leer los siguientes artículos:
Low-code: cómo acelerar la inteligencia distribuida en el Edge.
Cómo desplegar el aprendizaje automático en el borde y qué es MLOps
AIoT: la fusión perfecta entre el Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial