La digitalización de la industria exige interoperabilidad para compartir datos y automatizar procesos. Profundizamos en cómo Edge Computing desempeña un papel fundamental en la consecución de la interoperabilidad al ejecutar el procesamiento de datos en origen, en lugar de enviarlos a una ubicación centralizada, y al mismo tiempo reducir la latencia, aumentar la seguridad y mejorar la escalabilidad del sistema.
La interoperabilidad es la capacidad de dos o más sistemas para trabajar juntos, comunicarse, compartir datos y, en definitiva, entenderse. Se trata de un concepto clave para las empresas que necesitan que sus sistemas de información, datos y procesos interactúen con los de sus proveedores o clientes, porque compartir y reutilizar la información es la mejor manera de mitigar los errores.
Esta interoperabilidad es el último paso necesario en el sector industrial para lograr la tan ansiada transformación digital y ayudar a las empresas a aumentar su eficiencia, reducir errores y optimizar costes gracias a la mejora global de sus procesos.
Dentro del paradigma de la Industria 4.0, las empresas se dedican a la automatización, digitalización y virtualización de sus operaciones y procesos. El uso de hardware y software es tan común que no se entiende ningún negocio sin ellos. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer en el ámbito de la Industria 4.0 debido a los retos de interoperabilidad.
La heterogeneidad de los sistemas, algunos propietarios y otros de distintos fabricantes y proveedores, añade nuevas dificultades a la integración. A esto se añade la obsolescencia de los equipos industriales en muchos sectores, por lo que es evidente la necesidad de convergencia de los sistemas de TI y OT.
La convergencia TI/OT es la integración de sistemas de tecnología de la información (TI) con sistemas de tecnología operativa (OT). Los sistemas de TI se utilizan para la computación centrada en los datos y los sistemas de OT supervisan eventos, procesos y dispositivos, y realizan ajustes en las operaciones empresariales e industriales. La diferencia entre los sistemas IT y OT es que los IT se centran en los datos y la comunicación, mientras que los OT se centran en los comportamientos y los resultados. La conectividad es un rasgo inherente a los sistemas de TI, mientras que los sistemas de OT (sobre todo los más antiguos) no suelen ser conectables de forma nativa.
En resumen, la tecnología operativa (OT) sería el hardware y el software, así como todos los protocolos de gestión de una industria determinada; mientras que la tecnología de la información (IT) son los sistemas y redes que transportan y procesan los datos (servidores, almacenamiento, redes de comunicación, etc.).
Así, recopilar datos sería OT, mientras que transformar esos datos en conocimiento procesable es tarea de TI. Si la comunicación entre ambos no es fluida, será difícil producir el valor que necesitan las empresas para llevar a cabo de forma completa y escalable su transformacióndigital.
Los sensores IoT, con sus capacidades de recopilación de datos, son una de las claves de la interoperabilidad. Aunque los dispositivos OT no suelen ser tecnologías "conectadas", el uso de sensores IoT es el medio para recopilar, transferir y analizar datos.
La interoperabilidad en la industria puede abordarse desde distintos frentes: Interoperabilidad de procesos (acomodar cada departamento a la forma de trabajar del otro), interoperabilidad de datos (unir las redes de datos para servir, también, a las operaciones OT) e interoperabilidad física (nuevos dispositivos y sistemas diseñados para integrar ambos mundos).
Si bien es cierto que los sistemas de TI y los de OT convergen cada vez más, y que unos están diseñados para los otros y viceversa, especialmente con la llegada de los dispositivos IoT que conectan ambos mundos, aún queda mucho camino por recorrer.
En cuanto a la aplicación de la interoperabilidad en el ámbito de las TI/OT, hay tres áreas en las que trabajar:
A lo largo del proceso de implantación, la seguridad es otro de los grandes retos a la hora de implantar la interoperabilidad TI/OT. No sólo desde el punto de vista de la ciberseguridad, sino por la necesidad de colaborar entre diferentes equipos que nunca antes habían trabajado juntos. También está la antigüedad de los distintos tipos de sistemas. El hardware tiende a ser mucho más antiguo que el software y tiene más potencial de fallos de seguridad.
Si se aplica la convergencia TI/OT, no sólo se obtendrá un mayor control y visibilidad en toda la empresa, lo que permitirá a los trabajadores hacer su trabajo de forma más eficiente, sino más seguridad y fiabilidad en la toma de decisiones.
En la gestión de suministros, las empresas ya están aplicando esta integración total de sistemas mediante sensores y soluciones de conectividad. La propia Industria 4.0 se basa en la premisa de la integración. Uno de los principales motores de la Industria 4.0 es el creciente uso de datos y análisis.
Con la ayuda de tecnologías avanzadas como el Internet industrial de las cosas (IIoT) y el aprendizaje automático en la periferia, los fabricantes podrán recopilar y analizar grandes cantidades de datos de todos los aspectos de sus operaciones. Esto les permitirá tomar decisiones más informadas, optimizar procesos y reducir costes.
En la industria manufacturera, la convergencia de las TI y las tecnologías de la información es clave para aumentar la eficiencia y la productividad. La fabricación inteligente consiste en que las fábricas estén totalmente digitalizadas, sean autónomas y estén preparadas para adaptarse a las condiciones cambiantes en tiempo real.
Imagínese una fábrica que pueda responder a los cambios en la demanda o la oferta en tiempo real, y que pueda producir productos altamente personalizados y de alta calidad. O en logística, donde será mucho más fácil ajustar la producción a la disponibilidad de camiones de transporte, por ejemplo, y coordinar las entregas al milímetro. Ese es el poder de combinar IoT, Edge Computing e IA.
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